TU MUNDO…¿REALMENTE TE PERTENECE?…

 

Por Psic. Gabriela Merino Huber

 

Es muy bonita la idea de  compartir con alguien, tener una familia y formar un hogar. Muchas mujeres lo sueñan desde niñas: el príncipe azul, la casita, las muñecas. ¿Pero de dónde vinieron esos sueños?... Desde los juguetes que nos compran, los libros que nos leen, desde ahí nos van enseñando a soñar, y un día llegamos a creer que verdaderamente el anhelo de la boda perfecta con el príncipe, surgió de nosotras mismas. Y no sólo la familia nos inculca estas ideas; ocurre también en la escuela, en la iglesia, la televisión, ocurre por doquier en la sociedad en general.

 

Escuchamos por ahí que “mejor mal casada que bien quedada”, que la mamá le pide a Dios por que su hija encuentre a un buen hombre que “quiera” casarse con ella, como si le hicieran un favor. La pregunta obligada de las amigas ¿ya tienes novio?, y si no lo tienes-¡No te preocupes!, seguro encontrarás a alguien “que te haga feliz”-, como si no tuviéramos la capacidad de ser felices por nosotras mismas. Así es que ahora todo mundo te regala a San Antonio (tu tía, tu abuela, sobre todo tu mamá), y aún sin aceptarlo, un día mueves un libro o un muñeco de peluche en un mueble de tu cuarto, y ¡ahí está!, ¡el santo de cabeza!. 

 

Y por fin, después de tantas oraciones  ¡hasta de  tus amigas!, aparece un hombrecillo por ahí. Inmediatamente todo mundo ¡te felicita!, y a la semana, comentan que ya hace falta fiesta, que ya quieren boda en la familia.

 

Tu novio se emociona también  y su familia hasta les pregunta ¿para cuando tendrán al bebé?. ¡tu futura suegra se muere por ser abuela!. Y entonces te lo empiezas a creer, ¿por qué no?,  si apenas llevando  tres meses  con tu novio, en la calle, algunas personas les hablan ya de señora y señor, porque resulta que también  aprendiste como debía vestir y comportarse una buena mujer, aprendiste cómo ser propiedad de un hombre, y ¡hasta señora ya pareces!.

Pues bien, por momentos de verdad te sientes muy feliz, te lo metieron tanto en la mente, que de verdad, te sientes triunfadora, exitosa, estando al lado de un hombre. El te menciona que eres la mujer de su vida, que te ve como la madre de sus hijos, y que te quiere mantener. Tú no tendrás que trabajar. ¡Wow!, dicen tus primas y amigas. ¡Te sacaste la lotería!, pero conforme pasan los días y los meses ellas reclaman tu compañía y cada vez puedes verlas menos. Al principio es un asunto de novedad, el enamoramiento te lleva a querer estar al lado de ese hombre “que te hizo el favor” y vas abandonando así todos tus espacios personales, al punto que poco a poco empiezas a olvidar las cosas que amabas, esas cosas que te hacían feliz antes de conocerlo. Un día tu mejor amiga te reclama y ante el miedo de perderla, decides no ver a tu chico esa tarde e irte a tomar un café y a cotorrear, como en los viejos tiempos. Ha hablar de temas serios, de política, religión o simplemente del nuevo esmalte de uñas que compraste, o recordar el ultimo cumpleaños que pasaron juntas. Te vas muy feliz, muy feliz para descubrir… Que ahora tienes un problema con tu novio, porque un día, después de mucho tiempo, decidiste ver a tu amiga en lugar de estar con él. Pero es de comprenderse, el  hombre ya te veía ¡como parte de su propiedad!, así es que mientras hagas lo que él dice, todo estará bien, así es que cada vez que decides ver a tus amigas pleito seguro. Después de repetidas discusiones por lo mismo, o  por otras situaciones … decides terminar…

 

¡Alarma general!. Todos se preocupan y te llaman a diario. Algunos te dicen que volverá y otros que encontrarás a alguien más. Y si les dices que prefieres seguir tu vida sola, te dicen que estás mal. ¿De verdad crees que  el matrimonio y el noviazgo son las únicas opciones para ti?. ¿Cómo puedes vivir en este mundo, cuando todo tu mundo era ya él?, ¿cómo puedes seguir con tu vida siendo tu propia dueña, cuando el dueño de tus decisiones, de tu futuro y de tus pensamientos era él?

 

Yo creo que sí hay otras opciones para ti. No importa por qué terminaste tu relación, no importa tampoco si la otra persona tomó la decisión de terminar y te quedaste amándolo tanto… siempre puedes decidir amarte a ti misma un poquito más…

 

Si terminaste una relación y te descubres sintiendo que tú vida no tiene sentido, que tu mundo se acaba y que no hay nada que te haga feliz, amiga mía tienes mucho que hacer por ti. Un hombre no tiene que ser tu mundo. Tu mundo debe estar lleno de todas aquellas cosas que disfrutas, de todas aquellas personas a las que amas, como tu familia y amigos, en tu mundo están tus hobbies, tus sueños y tus metas personales independientes de la meta de tener a un hombre a tu lado. El día que te sientas completa, rodeada de cosas motivantes y apasionantes y suficientemente fuerte interiormente como para ser feliz a pesar de que las circunstancias exteriores no sean siempre las que tu deseas, estarás lista para compartir tu mundo interno y el externo con alguien más. Pero ojo, no necesariamente ese alguien más, tiene que ser una pareja.

 

A veces es más fácil conseguirte una pareja, que darte a la tarea de construir tu propio mundo. A veces es más fácil cargarle la responsabilidad a alguien más de nuestra felicidad, cuando la respuesta a la búsqueda eterna del ser feliz, se encuentra en nuestro interior.

 

Comentarios: 2
  • #2

    Diana (martes, 25 octubre 2011 19:54)

    wow!!! me dejaste sin palabras, en hora buena que encontre esta pagina. Me agrada mucho lo que escribes y me has ayudado a mejorar muchisimo la relacion con mi novio. Gracias :D

  • #1

    M (jueves, 28 julio 2011 23:36)

    buen articulo, aunque no me extraña que sea feminista la matoy parte, debemos entender que no solo las mujeres pasan por ciertas situaciones, vivmos en un mundo en que "existe la igualdad de genero", los hombres tambien pasamos cosas asi.