HORROR A ERRAR

Por Psic. Carlos Mario Revilla Arrona

“Antes de que llegue el alba, tendrás que decidir, tomar un camino y nacer a una nueva vida, tu futuro y el de muchos más dependerá de ese momento, aguza los sentidos , visualiza bien la vereda que seguirás, pues tus sucesores, tus venideros, cosecharan la semilla que hoy vas a sembrar”.

De pronto… ¡Desperté!, ¡plop!, hace mucho tiempo no soñaba algo tan raro, yo en la corte de Saint Denis, rodilla en tierra, casco en el regazo, hombros firmes, cabeza inclinada, mi corazón montado en júbilo, mi espíritu al unisón de los otros 11 Pares de Francia, y frente a mí, erguido, gallardo, mas que digno, con la serenidad de un halcón al vuelo, el mismo Carlomagno apuntaba su espada sobre mí, dispuesto a dar pescozada y espaldarazo, y nombrarme caballero, mientras impávidamente dictaba las palabras que a mi despertar, trastornaron en sentencia.

¿Cómo enfrentar mi día sabiendo el peso que llevaba conmigo?, ¿Cómo decidir qué camino tomar esta mañana, aun sabiendo que hablando de mi trabajo solo uno es el más corto, pero el más corto es el correcto?, Carlomagno me había encomendado 5 minutos antes el futuro de mis venideros (cifra calculada en 253 personas por minuto según datos de la OMS), para el momento la vida de 1265 personas pendían del delgado hilo de mi toqueteado juicio.

Huevos con jamón o con salchicha era la dudosa válvula de escape para disyuntivas más trascendentales, el Crepúsculo matutino hacia hora y media que me había abandonado y reflexiones más pesadas atraían mi mente, ¿Cuánto debo cobrar a mi paciente que sé que acaba de perder su trabajo?, ¿Estoy listo para comprometerme con la mujer que amo?, ¿Qué responderé a mi amigo Pedro cuando en la fiesta de la noche me pregunte si debe continuar disfrutando de sus conquistas etílicas?, ¿Cómo hablar con mi jefe sin perder mi trabajo para hacerle ver que el proceso de fabricación del aluminio de nuestra fábrica muy probablemente esta causando daños en la salud de nuestros trabajadores?.

Millones de decisiones compondrán mi día de hoy, mi libertad por mas restringida, finalmente su peso ejercerá, y en el mundo de las polaridades, hacia algún lado se inclinará.

No temo a mis decisiones, las consecuencias son las que me dan pavor, cada decisión un camino, una vereda, una semilla que siembro. ¿Cómo continuar sin culpa, sin miedo, y sin volver la vista atrás?.

Finalmente me decido, se acerca el medio día, no puedo seguir paralizado, tengo que actuar, al menos se que las decisiones traen historias consigo que las dudas no traen. Cada decisión es un nacimiento, una nueva vida en cierto sentido, o en casos extremos una nueva vida en todos los sentidos.

Pienso en que las enseñanzas de nuestros actos con ninguna meditación se puede comparar y a pesar de nuestros errores, el mundo no dejara de girar, si el error es muy grave tal vez gire más lentamente o un poco se pueda acelerar, sin embargo, quien nos dice que un error no puso el mundo a gravitar.

Si las células del cuerpo al reproducirse nunca erraran no podríamos evolucionar, un error no siempre es una falla, también puede ser un tipo de voluntad celestial, sabiduría suprema o como lo quieras llamar, nuestro control en esta vida es tan limitado, como una ola queriendo arrastrar al mar, démonos pues al mundo como las olas, sin miedo a errar.