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CONGRUENCIA COMO CAMINO HACIA LA PROSPERIDAD

                                                                                                        Por. Psic. Gabriela Merino Huber


     Existe una diferencia enorme entre pensar, decir y hacer. Podemos pasar años con una incomodidad interna. Una energía que parece nos frena y nos desgasta y no sabemos qué hacer. Está disfrazada de enojo constante hacia los otros, de cansancio o estrés. A veces lo vemos como enfermedad física o falta de prosperidad.

    

Tanto las palabras, como los actos y los pensamientos son energía, al igual que todo lo que está en el universo está compuesto por átomos, electrones y fotones fluyendo en constante armonía. ¿Cuándo has visto a un árbol creerse perro o a una flor emitir el murmullo de los ríos?,  probablemente el árbol nació gracias a una semilla o al polen de una flor que voló impulsada por el viento. El perro bebió agua del río y al resguardarse bajo el árbol del sol, dejó su excremento y sirvió como abono a las plantas. Cada uno es lo que es y no intenta alterar el orden natural, cada cual tiene su función. Ellos simplemente existen sin preguntarse por qué o para qué existen y el universo equilibra todo lo demás.

 

     Alterar el orden natural de las cosas, es decir, bloquear el flujo natural de la energía puede llevar a destrucción o pérdida del equilibrio. La gente construye presas y así se secan grandes extensiones de tierra, animales mueren. La gente también construye compuertas dentro de su ser que frenan el flujo natural de la energía, hasta que se desborda, manifestándose de otras maneras en el cuerpo o el espíritu. Cuando no existe congruencia entre las cosas que dices, las que piensas y las que haces, éstas se trasforman en energía que choca, entra en conflicto… entonces ninguna puede avanzar y alcanzar todo su potencial creativo, porque hay otra igual de fuerte representando un muro.

 

     Muchas veces no somos conscientes de esto, pero ésta situación tarde o temprano empieza a manifestarse en nuestra vida diaria y podemos acabar por perdernos a nosotros mismos.

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     El ser un humano es mucho más complejo por supuesto que  una planta o un animal. Es cierto que aún en muchos sentidos nos regimos por instintos y necesidades. Nacer, crecer, reproducirnos y morir es nuestro ciclo vital natural al igual que el de los otros seres vivos, por lo que, sería muy sencillo respondernos a la eterna pregunta de ¿para qué existo? Diciendo simplemente,  “mi función es existir”, como la de los demás… pero el Ser humano fue dotado de conciencia y de razón… Esas que nos hacen hoy preguntarnos y hablar acerca de estos temas. 


      El raciocinio tiene a la vez su función natural. Es un arma más de adaptación y supervivencia. Nos ha permitido la creación de utensilios y estrategias que nos faciliten la conservación de la vida. Y a partir de ésta energía creativa se formó la cultura, la ciencia y la tecnología. El saber se fue dividiendo cada vez en más ramas, permitiendo así la especialización y perfeccionamiento… ¿De dónde vengo?, ¿quién soy?, ¿a dónde voy?... Ahora es mucho más complejo que simplemente cubrir necesidades básicas y permitirse existir. En medio de la civilización hace falta mucho más que cortar un fruto, casar un animar o beber de un río para sobrevivir porque entre el pavimento y los grandes edificios queda poco contacto con otros seres que completen el ciclo de la cadena alimenticia. Necesitamos obtener dinero para tener todo lo demás.

     

La creatividad, tiene pues como función principal la mejora de las condiciones de vida y la conservación de la especie, y la innovación en las distintas áreas permitiría la prosperidad. Son importantes también las  distintas labores que permiten mantener el sistema creado hasta ahora para la supervivencia. ¿Qué puedes aportar tú?. El sistema socio económico en el que vivimos actualmente no es más que la serie de creencias, leyes, hábitos, costumbres y herramientas que se fueron acumulando para mejorar la vida. Mientras cumplas con ellos te encontrarás “dentro” de un ámbito cómodo y protegido porque ya hubo quienes se preocuparon por formar una estructura que en algún momento funcionó, y ahora solo la seguimos reproduciendo y perfeccionando… el problema sin embargo es que actualmente beneficia a muy pocos. La verdadera minoría es la que posee los privilegios y el poder. En función de sus intereses funciona la sociedad.

    

      La finalidad de éste artículo no es criticar al sistema, ni siquiera criticar a la incongruencia… es una invitación a que explores la ideología con la cual simpatizas, y las cosas de las que hablas… Te invito a reflexionar si las cosas que haces realmente te hacen sentir bien, es decir, si vibran de manera armónica en tu interior o si simplemente las haces porque alguien te dijo que las debías hacer y cómo las tenías que hacer para seguir viviendo protegido. Tu rol al fin y al cabo dentro de la sociedad es aquél que tú eliges porque te hace sentir útil y orgulloso de ti mismo. Es tan natural que probablemente llevas cumpliendo con él desde que eras un niño con poco o ninguna conciencia de los deber o hacer, simplemente empezaste a hacerlo porque nacía naturalmente de ti y de tu capacidad de amar, por lo tanto te hacía feliz.

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     Puedes creer que con pensar y actuar de acuerdo a lo que piensas es suficiente, pero las palabras tienen un grande poder, muchas veces ignorado. Las cosas que dices a los demás o las que te dices a ti mismo representan una gran carga de energía con la posibilidad  de bloquear o redireccionar tu vida.


     Cuando tus pensamientos, palabras y acciones caminan de la mano, tienes a un gran equipo trabajando a tu favor.  Tus sentimientos, la forma en la que experimentas el día a día son el mejor indicador. Así es que después de explorar el mundo y tomar elecciones acerca de lo que más te gusta o disgusta a tu alrededor, hace falta volver y mirar nuestro interior.


     Aquello que te produce más armonía y felicidad es aquello que darás con más amor, porque el amor empieza por uno mismo. Cuando las cosas emanan del amor, todo sale bien, para ti y para los demás.


      ¿Has sentido que aquello que necesitas o deseas llega de una manera inesperada a tu vida del lugar o de la persona que menos te imaginabas?... Eso que pedias siempre estuvo ahí, el universo se encargó de llevarlo hasta ti. De igual manera, tú solamente tienes que existir, la energía universal te llevará hasta el sitio o las personas que más te necesiten en el momento indicado. Amate a ti mismo, ama lo que haces y confía… Experimenta la fe en ti.

Comentarios: 1
  • #1

    Ely (miércoles, 03 agosto 2011 03:48)

    Muy hermoso artículo y muy inspirador. Tiene mucha razón en todo lo que dice. Gracias por esta linda reflexión!